jueves, 2 de agosto de 2012

En la oscuridad, todos somos miopes

Como os hemos contado en otros artículos, la miopía es producida porque el cristalino y la córnea refracitan los rayos de luz delante de la retina en lugar de hacerlo sobre ella, lo que produce un error de refracción.



Científicos de la Universidad de Murcia han hecho un descubriemiento sorprendente: todos los ojos se vuelven algo miopes en la oscuridad. El fenómeno se debe a un mecanismo de sobreacomodación del cristalino del ojo en la oscuridad que afecta por igual a miopes y no miopes.

Históricamente la miopía nocturna había sido considerada un misterio no resuelto que según comentan los autores del estudio, "traía de cabeza a astrónomos y militares desde el siglo XVIII".

Pablo Artal, al Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC), en unas declaraciones recogidas por Europa Press, afirmaba que “clínicamente, se pueden producir síntomas visuales por desenfoques tan pequeños como 0,5 dioptrías, pero estos solo se superan en la miopía nocturna en condciones inusualmente bajas de luminosidad”.

Esto ha sido posible gracias a una técnica denominada óptica adptativa, que se suele utilizar en astronomia para eliminar el efecto de turbulencia atmosférica en un telescopio. Esta técnica funciona con luz infrarroja, con la que se pudo medir el nivel de miopía producido a consecuencia de la oscuridad en diferentes condiciones de luz y ópticas.

 Anteriormente se solía pensar que la oscuridad ocasionaba en 15% de pérdida visual, el equivalente a 1,5 dioptrías, una cifra demasiado elevada. Esto ocurría porque no se disponía de las herramientas de diagnóstico actuales para ello.

Debido a esta creencia, se pensaba que la oscuridad es el posible detonante de muchos accidentes de tráfico e incluso en los años 80 se popularizó el uso de gafas especiales para conducir por la noche, que corregían supuestamente la pérdida de agudeza visual.

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