martes, 7 de agosto de 2012

Miopía

Miopia

¿Qué es la miopía?



Es una condición ocular, puede ser hereditaria (muchas veces aparece entre los seis o los dieciocho años) que provoca que los objetos se vean claros de cerca y borrosos de lejos. Su causa más frecuente es que el ojo es más largo de lo normal o la córnea demasiado curva, con lo que el rayo de luz converge antes de llegar a la retina, y da paso a una imagen borrosa.
Podremos decir que las imágenes fosilizan delante de la retina, y no exactamente sobre ella. La miopía puede aparecer durante la edad escolar como consecuencia de las tensiones visuales y postulan que debe afrontar el niño o el adolescente en la edad escolar.


Síntomas de la miopía:


Ver mal de lejos
Cerrar los ojos
Acercarse demasiado a la televisión oa la computadora
Acercarse demasiado a los libros
Dolores de cabeza

La cirugía con láser permite dejar de lado las gafas o las lentes de contacto, hasta ahora una herramienta indispensable para los miopes, y ver con claridad lo que antes eran imágenes difuminadas y borrosas.

Liberarse de las gafas sin perder un ápice de visión es el sueño de muchos miopes que han visto crecer su graduación desde la infancia y que dependen completamente. En la actualidad, la cirugía con láser está consolidada como un tratamiento para la miopía y, además, han surgido otras alternativas, como la colocación de diferentes lentes intraoculares, para resolver este problema de visión.

Este trastorno afecta a buena parte de la sociedad: en concreto el 25% de la población de más de 40 años es miope. Ver las siluetas difuminadas, las caras borrosas, no captar sus expresiones y no poder leer letreros por la calle son algunas de las dificultades más comunes con los que conviven las personas miopes. Hace unos años se definía con la frase coloquial "tener la vista corta», ya que los miopes ven muy bien de cerca, pero no de lejos. Las gafas o las lentes de contacto se convierten en un objeto indispensable para ellos. Por eso, muchos deciden operarse para no tener que depender de las gafas o las lentes de contacto.

La miopía se relaciona con el tamaño del ojo, con la curvatura de la córnea o con una combinación de ambos factores. Así, un ojo tipo hace unos 24 milímetros de diámetro, si es mayor, se sufre de miopía y, si es más pequeño, de hipermetropía.

También se sufre de miopía cuando la córnea, la lente principal del ojo, es más curvada, o de hipermetropía si es más plana. De hecho, el objetivo de la cirugía con láser es aplanar la curvatura de la córnea para eliminar la miopía o bombearla más para corregir la hipermetropía.

Cirugía con láser: para qué y para quién. La cirugía con láser (LASIK) da muy buenos resultados en personas con miopías bajas, con una graduación de hasta 6 dioptrías, aunque se ha aplicado en casos de hasta las 8, 9 o 10 dioptrías como máximo.

Sin embargo, los últimos años, se ha impuesto la tendencia de practicarla por debajo de las 8 dioptrías ya que, cuanto más alta es la miopía, peor es la calidad de visión resultante. En estos momentos, para las graduaciones altas hay otras alternativas quirúrgicas. El LASIK, cuya finalidad es modelar la superficie de la córnea para corregir la miopía, se puede practicar a partir de los 18 años-aunque es preferible hacerlo a partir de los 20 -, ya que si se hace antes la curvatura de la córnea se encuentra sujeta al desarrollo y la graduación puede ir en aumento. Aunque no hay una edad máxima para aplicar el láser, lo más habitual es practicarla hasta los 50 años y que, a partir de esta edad (los 50-55 años), se consideren otras opciones quirúrgicas más resolutivas.

Antes, durante y después

-El preoperatorio: para someterse al LASIK el paciente debe hacerse unos exámenes donde se estudia si cumple los requisitos para operarse y minimizar los riesgos de esta cirugía, ya que, aunque tiene pocos, son menos si se selecciona bien los pacientes adecuados. No se pueden beneficiar las personas con la córnea muy delgada o con muchas dioptrías.

-La operación: consiste en aplicar un láser de femtosecond primero y el excimer después. Primero, con el láser de femtosecon se practica un corte para levantar el epitelio corneal (también llamado flap corneal), que es la piel de la córnea. Después, con el láser excimer se modela la superficie corneal que, en el caso de la miopía, se rebaja. El láser no toca el ojo, que se mantiene abierto. La intervención sólo dura cinco minutos por ojo y se suelen operar los dos a la vez, por eso el acto quirúrgico dura diez minutos. Porque el paciente no sienta dolor durante el proceso, se le administra una anestesia tópica (gotas).

-El postoperatorio: dos horas después de concluir la cirugía, el paciente recibe el alta y puede irse a casa con los ojos cerrados para evitar molestias y estar más cómodo. Al cabo de dos o tres horas, puede abrirlos, aunque es posible que tenga la visión borrosa y sensación de quemazón durante cinco o seis horas. Sin embargo, poco a poco se recupera la visión nítida hasta hacer vida normal.


LASIK y PRK

El éxito de la cirugía con LASIK depende de las expectativas de los pacientes pero, en líneas generales, el 95% consiguen una visión similar a la que tenían con gafas. Las reintervenciones debidas a una dioptría o graduación residual son escasas, tan sólo un 1% o 3% del total, y las complicaciones graves son anecdóticas entre miles de personas gracias a las pruebas preoperatorias.

El LASIK ya lleva dos décadas de aplicación y, al hacer balance, se han detectado ciertos inconvenientes para que quienes se operaron de pocas dioptrías no han experimentado cambios a los 20 años. En cambio, los que se operaron de una miopía alta, de 12 o 14 dioptrías, en los primeros momentos de esta técnica al cabo de un tiempo han podido tener de nuevo 1 o 2 dioptrías. También se ha constatado que, si se adelgaza mucho la córnea, esta se debilita y tiende a bombear, hecho que volvería a provocar miopía, aunque es muy raro que esta sea la misma que tenía el paciente antes de operarse. Con el fin de evitar estos efectos adversos, en los últimos años se han perfilado mucho mejor las indicaciones del LASIK. Por un lado, se ha reducido el límite de dioptrías que se operan a 8 (hace solo dos años, operaban hasta 10), para no producir un excesivo debilitamiento de la córnea. Y, por otro, se ha decidido no operar las córneas muy finas. Pero las personas miopes con muchas dioptrías o la córnea muy delgada ahora también pueden librarse de la miopía en el quirófano con otras técnicas. Entre estas figura la PRK (de queratectomía fotorrefractiva), que fue una de las primeras técnicas de láser a utilizarse para corregir defectos refractivos, antes de que se conociera bien la técnica LASIK. La PRK también se vale de un láser excimer para remodelar la córnea y aplanar la misma.

Se trata de un procedimiento seguro e igualmente ambulatorio pero, en cierto modo, ha quedado eclipsado por LASIK debido al postoperatorio, ya que el tiempo de recuperación de los pacientes es más lento: mientras que las personas que se operan con LASIK ven bien unas horas después y pueden hacer vida normal al cabo de poco-uno de los principales ventajas del LASIK-, con la PRK la recuperación de la visión es más gradual. Sin embargo, cada técnica tiene hoy su lugar, sus pros y contras, y la elección de una u otra depende de las características del ojo y del problema de refracción de cada persona.


Del láser a las lentes intraoculares.

Otras técnicas alternativas al LASIK y la PRK para corregir la miopía consisten en la implantación de diferentes tipos de lentes intraoculares, la elección depende de la edad del paciente y del estado de su cristalino. Así, si la córnea es la primera lente del ojo, el cristalino es la segunda lente, que se encuentra dentro del ojo, detrás de la pupila. Esta lente permite enfocar de cerca, pero con los años se endurece y pierde elasticidad, lo que causa vista cansada (presbicia) a partir de los 45-50 años. A partir de los 60 años, esta lente endurecida, además de rígida, se convierte en opaca, de manera que aparecen las cataratas a los 70 o 80 años. Hay disponibles dos grandes tipos de lentes intraoculares:

-Lentes fáquicas o ICL (de «Intraocular Contact Lens», por sus siglas en inglés). Se implantan en personas jóvenes, no candidatas al LASIK por tener muchas dioptrías o la córnea muy delgada. El objetivo de estas lentes es conservar el cristalino.

-Lentes intraoculares (LIO). Destinadas a personas mayores que necesitan una cirugía de cataratas y quiere corregir la miopía. Las LIO se colocan después de extraer el cristalino que ha perdido la elasticidad y se ha hecho opaco. Por ello, a diferencia de las lentes fáquicas (diseñadas para preservar el cristalino), las LIO lo sustituyen por completo y son multifocales. Estas lentes pueden llevar cualquier tipo de graduación (hasta 20 dioptrías), y así la persona con cataratas y miopía puede librarse de los dos problemas al mismo tiempo.

El conjunto de intervenciones (tanto el LASIK como las cirugías con implante de una lente) cuestan entre 900 y 3.000 euros por ojo-según información del Centro de Oftalmología Barraquer. La elección de una u otra y el precio final siempre dependen de cada caso, ya que en estos momentos la cirugía de la miopía se personaliza de forma habitual.

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